Varios Autores
Introducción 7
¿De qué hablamos cuando hablamos de diseño gráfico hoy? 16
El desbordamiento: políticas de la representación y la memoria 34
Cuando la nada se hace dibujo 41
Fotografía en la ciudad blanca 48
Artes Vivas 66
La escritura y el mito de la técnica 76
¿Hay contradicción entre el hacer y el pensar? 83
Lo que puede hacer un artista cuando su hermano
Walter Benjamin se va de casa y se hace un filósofo 90
Tiempo y furor 98
Taller 106
Detalles
La idea de creación, aliada a su corolario creador, es una de las más complejas y problemáticas creaciones de la modernidad y, en todo caso, la más compleja y problemática en relación con las artes.
No se trata de un simple juego de palabras; de entrada, debemos reconocer la reciente aparición del término creación para definir las producciones del arte, término que, a su vez, también surgió de un préstamo a otros campos y es de uso reciente tal como lo concebimos hoy.
Hasta tal punto nos hemos acostumbrado a hablar de creación artística y a unir los conceptos de artista y de creador, que nos parecen inseparables. Sin embargo, los estudios sobre los tiempos antiguos convencen de que no es así y de que esos conceptos sólo fueron unidos recientemente.
En el siglo XIX el arte se desquitó de la resistencia que habían hecho los siglos anteriores a su reconocimiento como creación. Ahora no sólo era considerado creación, sino que sólo él lo era. «Creador» devino sinónimo de artista y de poeta. Cuando después, al principio del siglo XX, se empezó a hablar también de creación en la ciencia (como Lukasiewicz) o en la naturaleza (como Bergson en Evolution créatrice), el común sintió eso como un traslado de conceptos propios del arte, un traslado de los mismos a la ciencia y la naturaleza (Tatarkiewicz, 1993).
Según Tatarkiewicz, fue largo el camino para que se reunieran los términos creación y arte. Es bien conocida la etimología y los desplazamientos del término arte desde la antigüedad clásica y solamente en el siglo XIX -según Nathalie Helníchi este término y artista alcanzaron su definición actual, en la que ocupa un lugar muy importante oponerse a la ciencia, circunstancia que niega toda la tradición inaugurada por la Academia, construida sobre el supuesto de la cientificidad del arte. Pero estos procesos, que no se limitan a la discusión semántica y filosófica sobre la taxonomía o la epistemología de las artes y las ciencias, son -sobre todo- debates políticos sobre la legitimidad,