Zibechi, Raúl / San Miguel, Tamara / Almeida, Eduardo
Índice
Introducción
I. Las nuevas formas de dominación
1. El otoño del imperio.
2. Pandemia y quiebre de la democracia en América Latina.
3. Alimentación y pandemia: diálogo con Silvia Ribeiro.
4. Daniel Ortega aprovecha la pandemia para recomponer su régimen...
5. Contrainsurgencia progresista.
6. Triage social, el nuevo panóptico.
7. La pandemia, el Estado y la normalización de la pesadilla
II. Los pueblos en movimiento rompen el cerco
8. Las mujeres zapatistas al encuentro de las rebeldías.
9. Indígenas de Colombia: romper el cerco y derrotar a la policía
10. Escuchar es un aprendizaje fundamental para la masculinidad
blanca patriarcal.
11. Uruguay: Eludir a los monopolios.
12. Las mujeres zapatistas al encuentro de las rebeldías.
13. Brasil: Teia dos Povos (Red de los Pueblos).. 14. La derrota del racismo en Bolivia
15. El pueblo mapuche resiste la guerra
16. Argentina: Masiva toma de tierras de los sin techo
17. El mundo nuevo ya existe en el corazón de los movimientos.
III. Tendencias y dificultades abajo y a la izquierda
18. De la soberanía a la autonomía alimentaria. 19. De la soberanía a la autonomía.
20. Estallidos o levantamientos. 21. Pensamiento crítico y pandemia.
22. Posdata.
Hacia mediados de 2020, luego de consolidar y ordenar sus territorios, los pueblos comenzaron a volcarse hacia afuera, rompiendo el cerco represivo y mediático que los poderosos habían tendido para inmovilizarlos. Los primeros en activarse fueron los pueblos originarios: en el Cauca a través de la Minga Indígena, Negra y Popular; en Chiapas con la iniciativa de una gira mundial que comienza en Europa; los mapuche acelerando la recuperación de tierras urbanas y periurbanas.
En cierto momento, esos primeros movimientos se convirtieron en avalancha. El masivo desborde desde abajo de las juventudes colombianas es el ejemplo mayor de este profundo viraje de los pueblos, aunque hay muchas acciones que no recogen los medios del sistema estamos ante un nuevo activismo, plebeyo, sin caudillos ni vanguardias, lo que permite desplegar toda la potencia de la creatividad antisistémica que sigue viva en los pliegues y hondonadas de los pueblos.