Fuenmayor, José Felix
XI. COSME, LA MARCHA ESPANTOSA DEL QUE NO SABE ADÓNDE VA
Orlando Araújo Fontalvo
XXIII. Bibliografía
XXIX. Cronología
COSME
PRÓLOGO A LA PRIMERA REEDICIÓN DE 1979
CAPITULO I El doctor Patagato, al dar una pesada chanza a su amigo don Damián, hace inopinadamente un descubrimiento genésico
CAPITULO II Prehumanidad, prehistoria y primitiva miseria de Cosme
CAPITULO III Cosme, bestia
CAPITULO IV Cosme, ángel
CAPITULO V La Escuela de la Sagrada Familia
CAPITULO VI La señorita Dora
CAPITULO VII Los balines mágicos
CAPITULO VIII Interviene el doctor Patagato
CAPITULO IX La justicia del bedel Chamorro y la del sabio Salomón
CAPITULO X Lucita
CAPITULO XI Una familia encantadora
CAPITULO XII El bachillerato de Cosme
CAPITULO XIII Mr. Perheth auxilia a don Damián
CAPITULO XIV Aparece Saturita
CAPITULO XV Camajorú, Kala y Titiribí
CAPITULO XVI Un empleo de porvenir
CAPITULO XVII La señorita Tutú
CAPITULO XVIII Los bigotes del capitán Truco
CAPITULO XIX Cosme dice «me niego» y sufre las consecuencias
CAPITULO XX El señor Pechuga se porta admirablemente
CAPITULO XXI Obra de un camarero solícito
CAPITULO XXII Consuelo para los enfermos
CAPITULO XXIII Saturita llega con el padre Balda
CAPITULO XXIV La última sonrisa de doña Ramona
CAPITULO XXV Desaparece Saturita
CAPITULO XXVI Una visita del abogado Fregolín
CAPITULO XXVII' Pláticas sobre espiritismo
CAPITULO XXVIII Un accidente
CAPITULO XXIX Entierro del doctor Patagato
CAPITULO XXX Cosme se las entiende con Boca mayor
CAPITULO XXXI La botella de don Damián
CAPITULO XXXII Cosme asusta a Boca mayor
CAPITULO XXXIII Mientras tanto
CAPITULO XXXIV Un encuentro fatal
CAPITULO XXXV La novela de Remo Lungo
CAPITULO XXXVI La señorita Tutú seduce a Cosme
CAPITULO XXXVII Cosme vuelve a su casa
CAPITULO XXXVIII Pesadilla de Cosme
CAPITULO XXXIX Otra visita de Fregolín
CAPITULO XI La furia del capitán Truco
Cosme constituye en Colombia una temprana manifestación de lo que podríamos llamar «una novela proteica». Tiene bastante de novela de formación; pero también de novela urbana, de novela de vanguardia, de novela carnavalizada, de novela transculturadora, de novela «metaparódica», de novela polifónica, de novela metaficcional y no poco de novela distópica. No obstante, más allá de estas etiquetas, vacías para la mayoría de los lectores, los rasgos que más sorprenden son su precocidad, su vocación de apertura y su inequívoca naturaleza satírica, que contrasta con proyectos estéticos tan disímiles e importantes como, por ejemplo, La vorágine (1924), de José Eustasio Rivera, o La marquesa de Yolombó (1927), de Tomás Carrasquilla. De hecho, «en el panorama nacional, Cosme tendría que ser considerada como un hecho anormal. Sin embargo, en la cultura humorística e irreverente de la Costa, su aparición fue un acontecimiento perfectamente lógico».